La reputación y la
confianza son partes esenciales del comercio de los ciberdelincuentes, quienes
han desplegado en la ‘dark web’ un mercado que potencia la adquisición de ‘kits’
de ‘malware’ listos para usar a precios económicos, inferiores en muchos casos
a los 10 euros.
El costo medio de las credenciales del Protocolo de Escritorio Remoto comprometidas
es de algo menos de 5 euros. - Foto:Getty Images
El
último informe de seguridad publicado por HP Wolf, ‘La evolución de la
ciberdelincuencia: por qué la Dark Web está sobrealimentando el panorama de las
amenazas y cómo contraatacar’, recoge y analiza la investigación realizada
con Forensic Pathways sobre la ‘dark web’, en la que se rastrearon y analizaron
más de 35 millones de mercados y mensajes de foros para entender cómo operan
los ciberdelincuentes, cómo se ganan la confianza y cómo construyen su
reputación.
Los
resultados muestran que la ciberdelincuencia se está potenciando a través
de kits de ‘malware’ listos para usar (‘plug-and-play’), que facilitan el
lanzamiento de ataques. Ya que reducen la necesidad de conocimientos técnicos y
experiencia para llevar a cabo ataques complejos y dirigidos; de hecho, sólo el
2 o el 3 por ciento de los autores de amenazas son programadores expertos.
El
‘malware’, además, es barato y fácil de conseguir. Más de tres cuartas partes
(76 %) de los anuncios de ‘malware’ que aparecen, y el 91 por ciento de los
‘exploits’ (el código que da a los atacantes el control de los sistemas
aprovechando los fallos del software), se venden al por menor por menos de 10
euros. El costo medio de las credenciales del Protocolo de Escritorio
Remoto comprometidas es de algo menos de 5 euros.
El informe
también recoge que el 77 por ciento de los mercados de ciberdelincuentes
analizados requieren una fianza de vendedor que puede costar hasta 3.000 euros.
El 85 por ciento de ellos utilizan pagos en custodia, y el 92 por ciento tienen
un servicio de resolución de conflictos de terceros.
Los ciberdelincuentes también
intentan ir un paso por delante de las fuerzas de seguridad transfiriendo su
reputación entre sitios web, ya que la vida media de un usuario
o perfil que usa el navegador de Internet ‘Tor’ para moverse por la ‘dark web’
es de sólo 55 días.
Asimismo, se
concluye con la investigación que los ciberdelincuentes se están centrando en
la búsqueda de brechas en el ‘software’ que les permitan conseguir un
punto de apoyo y tomar el control de los sistemas, centrándose en los errores y
vulnerabilidades conocidos en el software común.
Algunos
ejemplos son el sistema operativo Windows, Microsoft Office, los sistemas de
gestión de contenidos web, y los servidores web y de correo. Los kits que
aprovechan las vulnerabilidades de los sistemas de nicho son los que alcanzan
los precios más elevados (suelen oscilar entre 1.000 y 4.000 euros).
Las
vulnerabilidades de día cero (las que aún no se conocen públicamente) se venden a decenas de miles de
euros en los mercados de la ‘dark web’.
Así están robando cuentas de WhatsApp en Colombia
Cada vez los
delincuentes buscan diferentes maneras para hacer de las suyas y más si se
trata de delitos informáticos, donde pueden acceder a información, datos y
hasta suplantar personas con el fin de cometer actos delictivos.
Ahora bien, los ciberdelincuentes aprovechan la ingenuidad o confianza que tiene la gente a la hora de abrir enlaces o escanear códigos QR provenientes desde cuentas que parecen oficiales. No obstante, dichos enlaces tienen la capacidad de suplantar identidades y clonar cuentas, tanto de WhatsApp como de las redes sociales.
En ese
sentido, los ladrones aprovechan la suplantación de cuentas para hacerse
pasar por la persona afectada y así, chatear con sus contactos, pedirles
dinero prestado indicando que se encuentran pasando por una urgencia.
El receptor
del mensaje al ver la necesidad y la urgencia, además de pensar que habla con
el verdadero contacto, no tiene tiempo de verificar la información recibida y
en la mayoría de las ocasiones termina cayendo en la trampa de los
delincuentes.
Desde las autoridades locales recomiendan verificar siempre desde donde reciben los mensajes y desconfiar de enlaces y códigos QR que provienen de personas que por lo general no envían este tipo de información.
Fuente: Semana
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