La Fuerza Aérea adjudica a RealNetworks
un programa para que el aparato responda por sí mismo al detectar una cara.
Imagen de archivo de un dron de la Fuerza Aérea de
Estados Unidos en una base en Nevada. |
Los drones tienen un papel cada vez más destacado en la aeronáutica civil y también en la militar. Su uso ha proliferado en la guerra de Ucrania. Rusia ha recurrido a drones de fabricación iraní para atacar donde su aviación se ha mostrado impotente. Ucrania los ha usado también para su defensa. Numerosos países están reforzando sus capacidades con los aparatos no tripulados. Estados Unidos, uno de los países pioneros en el uso militar de drones, está dotando a sus artilugios de capacidades de reconocimiento facial que les permitan responder de forma autónoma.
El Pentágono ha adjudicado a la firma RealNetworks, con sede en Seattle, un proyecto de implementación del reconocimiento facial en drones autónomos de pequeño tamaño para la identificación y la recopilación de inteligencia, según figura en la página web del fondo del Gobierno estadounidense destinado a fomentar la innovación y la transferencia de tecnología en pequeñas y medianas empresas.
La descripción del proyecto, señala que los sistemas deben servir para ofrecer información práctica a los operadores humanos remotos y también “ofrecer la posibilidad de que el robot responda de forma autónoma en tiempo real”. El sistema desarrollado por RealNetworks, cuya adjudicación fue adelantada por la publicación NewScientist, se basa en inteligencia artificial.
RealNetworks ya ha recibido otros proyectos del Departamento de Defensa de reconocimiento facial, incluidos los dedicados a controles de acceso a recintos de seguridad, misiones de rescate o instalación de esos programas de identificación en robots cuadrúpedos autónomos, según figura en los registros oficiales. El proyecto para adaptar esos sistemas de reconocimiento facial a los drones ha ascendido a 729.000 dólares (unos 690.000 euros al cambio actual).
La identificación mediante reconocimiento facial opera con un elevado acierto si la imagen se toma en condiciones adecuadas, pero eso es más complicado hacerlo desde un dron. Algunas empresas están desarrollando tecnología para mejorar la fiabilidad variando el ángulo en función de la posición de la persona.
El reconocimiento desde un dron puede tener múltiples aplicaciones de seguridad, desde la vigilancia de recintos a la localización de sospechosos. Sin embargo, equipar un dron con reconocimiento facial y permitir que responda de forma autónoma aumenta los temores a que puedan programarse para encontrar y matar a alguien, con las dudas éticas y legales que suscita una operación de ese tipo.
Estados Unidos ha usado con frecuencia drones para ataques a dirigentes terroristas y otros enemigos, pero lo normal es que otras fuentes permitan la identificación y que el aparato no responda de forma autónoma, sino pilotado y accionado a distancia.
Uno de los ataques con drones más sonados de Estados Unidos fue el que mató a principios de agosto de 2022 en Kabul a Ayman al Zawahiri, líder de Al Qaeda, por orden del presidente, Joe Biden. El egipcio Al Zawahiri, uno de los terroristas más buscados, asumió el puesto de Osama Bin Laden en la organización terrorista tras la muerte de este último en 2011.
Otros países también desarrollan sus propios programas de reconocimiento facial desde aparatos militares no tripulados. Israel y Turquía están entre los países a los que se atribuye tecnología de ese tipo instalada en drones. El desarrollo de aparatos así hace temer que drones con programas de reconocimiento facial puedan utilizarse por delincuentes y organizaciones terroristas para atacar sus objetivos.
Fuente: El País
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