viernes, 30 de julio de 2021

Colombia va por su propia Red Compartida para diciembre de 2021

El Estado colombiano elabora un proyecto para crear una red mayorista de telecomunicaciones que utilice a la banda de 3.5 GHz y la fibra óptica como sus insumos esenciales, y que se diferencie de sus equivalentes mexicano y peruano por no contar con obligaciones de cobertura y que además sea el gobierno el inversor fuerte en la expansión de esa infraestructura.

 

Colombia quiere llevar servicios a dos millones de colombianos que todavía conocen
poco de Internet. Ilustración: Nayelly Tenorio.


Walid David, ingeniero por la Universidad de los Andes y con máster en el IE Business School de España, trabaja desde su cargo como viceministro de Conectividad en el Ministerio de Tecnologías de la Información y Comunicaciones de Colombia para llevar servicios a dos millones de colombianos que aún conocen poco de internet.

Su plan para conectar en primera tanda a 500,000 hogares pasa por el planteamiento de quitar cargas a los operadores en las zonas urbanas de cara a los nuevos procesos de licitación de espectro, para que ellos puedan dirigir más recursos a sus coberturas 4G e iniciar con los despliegues de quinta generación y para procesos productivos, en tanto que el gobierno consigue ir en alianza con la iniciativa privada —sean empresas del sector telecomunicaciones o de otras industrias que aporten capital— a la Colombia rural a través de una red mayorista que usará bandas de 3.5 GHz fibra óptica. 

David Jalil Nasser, con 26 años de experiencia laboral en empresas multinacionales y de gobierno, cree que las redes neutras tienen viabilidad financiera, si sus objetivos son pensados con detenimiento y alcanzados en mediano y largo plazos, y engranados además en el contexto de los retos que enfrenta el sector de telecomunicaciones.

En boceto, Walid David llama a la red mayorista de Colombia como la “Red Compartida-Internet para toda la vida”, y es la manera del gobierno colombiano “para llevar conectividad, protegiendo a la industria y protegiendo al ciudadano al mismo tiempo”, después de un año de pandemia, dice el viceministro en entrevista. 

—¿A qué obedece la intención de crear una red mayorista, cuando estas infraestructuras tienen altibajos en la región? ¿Es un modo de ayudar a la industria en este contexto económico o es mejor ir solos a las zonas rurales? 

—La pandemia afectó seriamente la economía del país, que se cayó cerca de un 7.0% el año anterior y eso ha repercutido sobre todo en esta industria que además soportó la inversión en fibra y ahora vienen periodos para renovar todo lo de 2G hacia 4G, eso quiere decir que se vienen grandísimas inversiones que deben hacer los operadores en una economía que está afectada y sus cajas de ingresos también. Tienen además que renovar espectro en 2022 que se concesionó hace diez años y pronto, entre 2023 y 2024, tienen que renovar otras bandas. Todo eso significa una gran demanda de recursos.

Los operadores ya tienen una fuerte carga por las comunidades rurales que se comprometieron a cubrir con la subasta de bandas de 2019. Por eso estamos viendo que para la subasta de 5G tengamos otros mecanismos. Decirles: “mira, espérate, vamos a buscar otros mecanismos para quitarte presión y mientras tú implementas 5G donde se vea retorno”.

Nuestro trabajo y parte de lo que queremos hacer es que Colombia no se quede atrás en la curva de 5G, cuando otros países ya están implementando estas tecnologías y para que nuestras empresas y ciudadanos desarrollen soluciones y modelos de negocio basados en 5G, porque si nos quedamos fuera de esta curva, cuando empecemos a desarrollar, más bien nos va tocar importar soluciones de otros lugares como México o Brasil y no a exportar. Estamos decididos a poder sacar 5G, pero viendo las dificultades que tienen uno y otro operador, y cómo ayudarlos. Entonces, que ellos compitan en la subasta de 5G en aquellos lugares donde hay suficiente población que garantice el retorno de su inversión y no obligarlos a ir a pequeñas localidades; allí, hagamos todo el despliegue con una red compartida y que todos la usen como una infraestructura como servicio. Para nosotros, esta es una manera de llevar internet y proteger a la industria y proteger al ciudadano al mismo tiempo. 

—Entonces, ya la llaman “Red Compartida”… ¿Habría coincidencias entre una y otra red, o qué diferencias principales destacaría de la red mayorista colombiana, respecto de las redes mayoristas peruana y mexicana?

—La iniciativa de México es muy diferente a lo que estamos visionando hoy, acá. Allá, lo que hicieron, fue que entregaron toda la banda de 700 MHz para 4G a nivel nacional. Aquí esta red responde a otra realidad. El modelo de México aparte es distinto, porque allí los condicionaron, no había operación todavía para levantar ingresos y les pusieron obligaciones de cobertura muy grandes. Nosotros no vamos a poner esas obligaciones. Lo que vamos a hacer es una entidad de mayoría pública, con 49% de inversión privada y que sea la mesa directiva de esa nueva empresa, ya con su presupuesto, la que decida hacia dónde empezar a expandirse con su red compartida.

—Esta red, mayorista, troncal ¿será fija o para móviles; sólo por fibra o también con espectro?

—Queremos aprovechar todos los insumos necesarios. Irá con fibra, pero también será con espectro. La Constitución nos permite que podamos asignar espectro de manera directa a las entidades públicas, para garantizar la continuidad del servicio. Al ser esta nueva empresa una entidad de mayoría pública, podremos hacer eso. Vamos a entregarle bandas de los 3500 Megahertz.

Entregar la 3.5 GHz como la queremos dar no provocaría un conflicto, porque no va estar donde están los privados y por tanto no habrá interferencias. A ellos les vamos a subastar 400 MHz de frecuencias, pero a esta nueva empresa no le vamos a dar los 400 MHz, le vamos a entregar 100 MHz como máximo, que es también como tenemos planeado entregar en las ciudades un total de 100 MHz a cada operador. La intención es que a esta red compartida se le asigne espectro, que ponga infraestructura física nueva y que alquile toda esa infraestructura en un modelo de roaming automático nacional y que vaya definiendo qué otros modelos de negocio puede emprender después.

—¿No cree usted que las redes mayoristas pasan por un mal momento? Las redes de Perú y México son ejemplos, y además, los gobiernos imponen objetivos difíciles de lograr en corto tiempo y a todo eso, sume que la red compartida de Colombia será mayoritariamente pública.

—Hemos analizado con mucho detalle los casos de México y Perú, y también uno del Reino Unido. Muy aparte, hemos venido hablando con los operadores sobre todo esto; escuchando sus posiciones. Estamos buscando los mecanismos para identificar por qué localidades empezar y las imperfecciones de otros proyectos; es lo que queremos corregir con esta red compartida. El modelo que estamos pensando para Colombia no tiene tanta carga impositiva ni de obligaciones como sí lo tiene México, ni únicamente va con iniciativa privada, como fue la de Perú.

Lo que primero que vamos a hacer es que en las reglas de la subasta de espectro para 5G que ya viene, vamos a poner que es mucho más rentable para los financieros de los operadores pertenecer a la red compartida, que ir solos con el espectro a nivel nacional y con requerimientos de localidades a nivel nacional, como ha pasado en subastas anteriores.

Entonces, como operador, vas a tener dos opciones: ir por el mecanismo tradicional o entrar, como llamamos nosotros, sólo a donde está la carne y asegurar el retorno de inversión, en vez de también hacer inversión con mucho Capex en la parte rural, cuando puedes invertir esos recursos en otros proyectos como última milla de fibra óptica donde te va caer más caja y dejar que sea esa otra red la que vaya expandiéndose en lo rural.

Creemos que por ahí, ellos van a salir mucho más rentables que ir por el espectro a nivel nacional. Esta red no va tener cargas del tipo de obligaciones fijas de cobertura como tiene México, porque eso requiere una gran inversión para cumplir con un contrato de concesión, independientemente de los ingresos que le entren a la red de Altán. Nosotros estamos viendo que a medida que vayas viendo los modelos de negocio, te puedes ir expandiendo. Entonces, esto es una gran diferencia entre lo que han estado haciendo Perú y México.

—Con experiencias muy adversas para las otras mayoristas, ¿no cree que hay demasiado entusiasmo con este proyecto? Por cierto, ¿cuál es el calendario para definirlo?

—Le vemos viabilidad. Será una entidad adscrita al Ministerio de Tecnologías de la Información y Comunicaciones. Al no tener obligaciones de cobertura, automáticamente le estaremos permitiendo que la junta directiva de esta empresa pueda tomar las decisiones propias de cómo va a ampliarse, porque su presupuesto será independiente y su interés será el desarrollo del país. Y si bien tendrá recursos propios para hacer la mayoría de sus despliegues, si ocurre que el gobierno tiene interés de cubrir un área especial porque ve un beneficio, sea educativo, de salud, militar o social, tendría que inyectarle recursos específicos adicionales para implementar esos desarrollos.

El proyecto como tal debe estar aprobado en esta legislatura, que va desde el 20 de julio; debe empatarse con la subasta de espectro para 5G, en diciembre. Ahora, lo siguiente que vamos a hacer es que vamos a contratar una consultoría que nos ayudará a estructurar la subasta, donde también se incluye el costo básico de la red compartida por el asunto del espectro que le entregaríamos. Y también queremos contratar otra consultora para especificar, digamos, el comportamiento que debe tener esta red compartida; sus modelos de contratación, su junta administrativa y cómo debe manejarse esa red.

—Si bien es todavía un proyecto y por tanto no habría un estimado de inversión, ¿pero entre sus pláticas con la industria ha sondeado que existe interés de ellos en aventurarse como accionista?

—Operadores sí hay. Hay dos operadores de los cuatro grandes que han mostrado interés. Otro nos dijo que viéramos el caso de Altán en México y otro nos manifestó que esperará a que se vaya desarrollando el plan. Nuestra intención es mostrárselo a todos, incluido a compañías extranjeras, y hacer retroalimentación. Para resumir, en el sector nacional hay dos de cuatro interesados, porque saben que pueden bajar su nivel de Capex y que ello les da oportunidad de reubicar recursos en la parte comercial para poder pelear mercado con el resto de grandes operadores. En el cronograma salimos con esta red en diciembre de este año y mientras que los operadores vayan estudiando que invertir en esto puede ser económicamente viable, porque tienen que reportar ganancias a sus accionistas, porque si el operador no muestra margen para el accionistas, ese se va para otro lado.

—¿Y cree tener todavía mucho margen para sacar adelante esta red mayorista, cuando la red peruana en casi diez años no lo logró y la red mexicana en tres años se quedó sin liquidez?

La 4G la necesitamos para conectar a la gente; hay ya una disponibilidad del 80 por ciento. A la 5G la vemos como un valor agregado, y en velocidad de descarga el ciudadano no lo puede percibir tan fácilmente, como descargar una página en tres segundos con 4G a un segundo con 5G; no se ve mucha diferencia. Pero 5G tiene mucho impacto en el desarrollo de la industria y que los operadores vayan evolucionando hacia allí mientras tienen su principal negocio, el celular.

La 5G está llegando y tiene otras ventajas muy grandes, por ejemplo, que los operadores puedan pensar en modelos de negocio con las petroleras, las compañías de energía, de la agricultura o la minería, que además van a tener que tecnificarse. Nos falta transformación digital para soluciones de industria 4.0, por eso queremos meterle mucho a 5G. Meterle también es ir con una infraestructura mayorista que van a tener ellos para sus clientes (rurales) y que sólo van a pagar por el alquiler en una zona, y para los rurales les llevamos una tecnología que gradualmente irá llegando, para que también les demos tiempo a la industria de allí para que se tecnifique y pueda demandar esos otros servicios de comunicaciones. Es el plan, lo veremos para diciembre.


Fuente: El Economista

España y Alemania trabajan en una identidad digital común para facilitar los trámites ‘online’

Ambos países realizarán una prueba piloto de un sistema de autentificación oficial y virtual que permita a los ciudadanos abrir una cuenta bancaria o registrarse en un hotel sin tener que mostrar documentos adicionales.

 

La comisaria Europea Margrethe Vestager, durante la presentación de la nueva
billetera de identidad digital europea, en junio de este año.AP

La Identidad Digital Europea está un poco más cerca de hacerse realidad. La Unión Europea viene prometiendo desde hace un tiempo la creación de una especie de monedero digital comunitario, algo así como un carné virtual que permita validar operaciones online que hasta ahora exigen la introducción del DNI u otro tipo de documentos oficiales. Ese monedero serviría tanto para realizar gestiones con el sector público como para contratar servicios en el sector privado y, según las propias previsiones de Bruselas, debería estar operativo para septiembre de 2022.

España y Alemania han anunciado hoy un acuerdo para poner en marcha una prueba piloto que examine la viabilidad de un ecosistema de identidad digital “descentralizado y transfronterizo basado en los principios de la identidad autosuficiente”. O dicho de otro modo, Madrid y Berlín pondrán en común el trabajo que han realizado en este ámbito para contribuir a la creación de la Identidad Digital Europea.

Tanto la secretaria de Estado de Digitalización de Alemania, Dorothee Bär, como su homóloga española, Carme Artigas, subrayaron durante un encuentro digital con periodistas que el acuerdo no está cerrado a estos dos países. La idea es, de hecho, que se incorporen más, y en eso trabajan ya ambos Ejecutivos.

El acuerdo contempla también la constitución de un grupo de trabajo conjunto sobre identidad digital que indagará en los desafíos técnicos, normativos y operativos del proyecto y presentará los resultados de sus avances regularmente. Preguntada sobre por qué ha cerrado un acuerdo de estas características con España, Bär respondió que ambos países comparten una misma visión sobre cómo debe ser la identidad digital y que España está liderando el desarrollo de “sistemas de identificación soberanos y descentralizados”.

No se han puesto todavía sobre la mesa casos de uso concretos para la prueba piloto. Teniendo en cuenta la importancia del turismo en las relaciones entre ambos países, algunos ejemplos podrían ser los trámites para registrarse en un hotel, para certificar que se posee un carnet de conducir en regla cuando se alquila un coche o abrir una cuenta en un banco.

El objetivo de la UE a la hora de crear la Identidad Europea Común es que los ciudadanos puedan compartir de forma segura sus propios datos de identidad sin perder el control sobre los mismos. “La creación de un entorno digital seguro es una de las palancas más importantes para que los Estados miembros y la Unión Europea en su conjunto aprovechen el potencial de nuestras economías y del mercado único europeo en un mundo digital”, se especifica en un comunicado conjunto.

“Las personas deben tener el poder de sus datos y su identidad”, ha señalado la secretaria de Estado de Digitalización e Inteligencia Artificial Española, Carme Artigas. “La colaboración que hoy iniciamos con Alemania hacia una identidad digital es un paso esencial en el camino europeo hacia la soberanía de los datos”.



 Fuente: El Pais

Cambios en Instagram: cuentas de menores serán privadas por defecto

Facebook, Instagram y casi todas las redes sociales y plataformas digitales siguen haciendo esfuerzos importantes para ofrecer experiencias más seguras a sus usuarios.

 

Instagram y Facebook hicieron actualizaciones para cuidar la seguridad
de los más jóvenes en redes. FOTO: Facebook

En los últimos meses han cambiado varias dinámicas en estas apps para cuidar la privacidad y la integridad de los usuarios, sobre todo de los menores de edad que llegan a estas redes.

"Crear una experiencia segura y privada para los jóvenes en Instagram", es el objetivo de la plataforma y por eso han cambiado las reglas para las cuentas de usuarios menores de 16 años (o 18 años, en algunos países).

La primera y gran novedad tiene que ver con la naturaleza del perfil. Las cuentas de todas las personas menores de 16 años serán configuradas como privadas de forma predeterminada.

Esto, asegura Facebook, "permite controlar quién ve o responde a tu contenido". Si la cuenta es privada, los otros usuarios tienen que seguirla para poder ver su contenido. Además, quienes no sigan a la cuenta no podrán ver fotos o videos del perfil en espacios como Explorar o hashtags.

¿Qué pasa con las cuentas de menores que son públicas y ya están en la plataforma? "Les mostraremos una notificación en la que se destacan las ventajas de una cuenta privada y les explicaremos cómo cambiar su configuración de privacidad", explica Facebook, que también aclaró que las nuevas cuentas de jóvenes seguirán teniendo la opción de cambiar su configuración a cuenta pública.

Los otros dos anuncios en este sentido tienen que ver con el contacto no deseado por parte de cuentas sospechosas y la publicidad limitada en la plataforma.

"Hemos desarrollado una nueva tecnología que nos permite encontrar cuentas que han mostrado un comportamiento potencialmente sospechoso y evitaremos que estas interactúen con las cuentas de los jóvenes". El comportamiento sospechoso tiene que ver con cuentas de adultos que han sido denunciadas, por ejemplo.

En cuanto a la publicidad, Facebook anunció que "limitaremos las opciones que tienen los anunciantes para llegar a los jóvenes con publicidad".



Fuente: El Tiempo - Tecnosfera

jueves, 29 de julio de 2021

Almacenamiento futuro: cuándo podremos guardar nuestros archivos en el ADN

Desde 2013 se viene investigando la posibilidad de usar el ADN para guardar información, en un espacio mucho menor y con un costo energético mucho menor al actual.

El ADN, con su estructura de doble hélice con adenina, timina, citosina y guanina,
puede usarse para codificar información con muchísima densidad

 

Son un alfabeto biológico y, a su vez, un código: A, T, G, y C o por sus nombres completos, adenina, timina, guanina y citosina. Conforman el ADN, la molécula doble hélice que almacena y condensa la información genética de los seres vivos, y que controla todos los procesos metabólicos que tienen lugar en las células. Sin embargo, el ADN se encamina a adquirir un rol distinto al que hoy tiene en los seres vivos: combinando ese mismo alfabeto, el ADN podría convertirse en un efectivo soporte para el inmenso volumen de información que hoy produce y busca preservar la humanidad… si llegan a superarse algunas pruebas decisivas.

Cada día en la Tierra se depositan en la “nube” 2,5 millones de gigabytes de información digital, que contribuyen a aumentar a los diez trillones de gigabytes ya almacenados. Pero cada video, audio, imagen o archivo publicados en redes sociales o guardados en servicios como Dropbox, Google Drive o OneDrive, entre otros, encuentra su “morada” no en una nube inmaterial sino en grandes centros de almacenamiento (los más grandes del mundo alcanzan superficies de cientos de miles de metros cuadrados), en donde los soportes magnéticos u ópticos deben ser mantenidos a bajas temperaturas, lo cual genera gastos siderales en consumo de energía y una gran cantidad de emisiones de dióxido de carbono. Se trata, en pocas palabras, de un almacenamiento finito y, a su vez, costoso en varios sentidos. Con este problema en el horizonte, y en busca de una posible solución a una demanda de almacenamiento de datos creciente, el ADN hoy se presenta como una solución al problema. Un hito al respecto se dio en 2013, cuando los científicos británicos Nick Goldman y Ewan Birney lograron codificar cinco archivos, incluidos un fragmento del más famoso discurso de Martin Luther King y 154 sonetos de Shakespeare, en una molécula de ADN. Desde entonces, en todo el mundo se trabaja con una meta en común: desarrollar el método que se perfila como el futuro del almacenamiento de la información.

Frente al tsunami de gastos energéticos y ampliación de las superficies para este “acopio” de datos, la molécula doble hélice ofrece una solución prácticamente ideal a la cuestión. “La densidad de información que puede guardar el ADN supera de manera enorme a la que hoy guardan los aparatos electrónicos. Una estimación bastante conservadora dice que toda la información generada por la humanidad en un año podría almacenarse aproximadamente en un cubo de un metro cuadrado. Hay otros que son todavía más optimistas y dicen que toda la información que hay en Facebook podría guardarse en un espacio como el de la mitad de una semilla de amapola”, comenta Yanina Petracca, directora de las carreras de Biotecnología y Bioinformática de la Universidad Argentina de la Empresa (UADE).

Sin embargo, no es esta una tecnología que ya esté a punto, lista para salir al mercado y que rápidamente vaya a reemplazar a las cintas magnéticas -una tecnología con más de 60 años-, utilizadas usualmente para el archivo de información (para almacenar información que no va a ser modificados), una de las primeras funciones para las que se piensa al ADN. Algunas de las limitaciones de la tecnología basada en ADN tienen que ver justamente con la densidad de información, que algún día estará grabada en la molécula, y con su identificación y lectura de lo guardado.

Una tecnología prometedora, pero con desafíos

“La tecnología de almacenamiento en ADN actual está pensada para guardar archivos que no van a ser modificados luego, como por ejemplo leyes o archivos documentales o fotográficos. Por este motivo es importante encontrar una forma de identificar cada documento y luego poder extraerlo, algo parecido a como se trabaja en una biblioteca”, explica el bioinformático Germán González, del Instituto de Diversidad y Ecología Animal (UNC-Conicet).

“Una de las tecnologías que se usan hoy para eso es la PCR (la misma que se usa en los tests de Covid-19), que extrae la información que buscamos, pero con el costo de ‘destruir’ el resto de los documentos de la biblioteca. Es decir que sería una biblioteca de un solo uso, algo que no tiene mucha utilidad. Por eso es importante encontrar mejores métodos para la extracción de datos”, agrega González.

En el enorme volumen de datos que el ADN podría guardar, para Mark Bather, bioingeniero del MIT, hallar algo en particular en la molécula hoy en día sería como “hallar una aguja en un pajar”. Recientemente, él y su equipo del MIT desarrollaron una técnica para superar esta barrera, consistente en el encapsulamiento de cada archivo transcrito al lenguaje del ADN en una partícula de sílice, que a su vez es “etiquetada” con un código de ADN monocatenario (de una sola cadena). La función de estas etiquetas fue la de informar sobre el contenido del archivo, con palabras claves como “gato” o “avión”. A partir de la introducción de primers específicos (secuencias cortas de ADN) para que se hibriden con cada etiqueta, pudieron extraer los archivos que buscaban. Se trató, sin embargo, solo de una prueba de concepto, realizada con 20 archivos y escalable, por el momento, a solo 1020, indicaron.

Pero otros desafíos también quedan por delante. Petracca explica que estos “tienen que ver con el tiempo que demanda traducir el código binario de las computadoras o nuestro propio alfabeto a este código del ADN. Escribir estas moléculas demanda bastante tiempo, o por lo menos demanda un tiempo que haría que fuera una limitante a la hora de traducir tanta información a este código. Y por otro lado, una vez que ya está traducido también se tarda en volver a traducir esta información de vuelta al lenguaje que estaba originalmente”.

Por su parte, González añade: “El almacenamiento en ADN implica codificar el documento y sintetizar el ADN para luego leerlo (lo que llamamos ‘secuenciar’) y decodificarlo cuando lo necesitemos. La síntesis y el secuenciamiento de ADN han bajado mucho de precio en las últimas décadas pero aún son muy caras como para utilizarlas en lo cotidiano. Además, el almacenamiento en ADN tiene un problema que otros métodos, como los magnéticos, no tienen: cuando se escribe y se lee el ADN suelen introducirse errores que modifican el contenido original. Y muchas veces no es trivial saber cómo deben corregirse estos errores”.

El costo actual de escribir sobre el ADN, finalmente, es otro obstáculo a superar: se estima que pasar un petabyte (un millón de gigabytes) a la molécula ascendería al trillón de dólares.

Por qué, de todos modos, el ADN reemplazará a los sistemas actuales

A pesar de estas limitaciones actuales, la investigación sobre el ADN como medio de almacenamiento avanza a paso firme en el campo de la bioinformática.

Más allá del espacio ahorrado que ofrecería el ADN, la energía requerida por las versiones futuristas de las grandes bibliotecas de la humanidad también representa hoy, en la teoría, un punto con el cual la biomolécula saldría ganando frente a los dispositivos actuales. Los datos podrían guardarse a temperatura ambiente, “que además de bajar los costos, también baja muchísimo el consumo energético, que hace que sea un almacenamiento ambientalmente mucho más sustentable”, señala Petracca.

También la vida útil de los soportes físicos sería ampliamente superada por el ácido nucleico. “Se estima que los soportes en los cuales hoy se basan los servidores que guardan esta información duran aproximadamente cien años”, dice Petracca. En cambio, se han podido secuenciar genomas de decenas de miles de años e incluso el de un caballo del Pleistoceno, del linaje Equus, de 700.000 años de antigüedad.

¿Puede pensarse en que algún día, en lugar de los actuales discos rígidos, las computadoras hogareñas vengan con un almacenamiento basado en la molécula que hace posible la vida? “Para que podamos usarlos para guardar nuestros archivos personales será necesario que se desarrollen tecnologías que permitan modificar los datos almacenados en el ADN”, explica González-. En una primera etapa es probable que se usen para almacenar grandes archivos documentales de gobiernos y empresas”. No obstante, que el ADN llegue a las computadoras personales, dice, “es cuestión de tiempo”.

 


Fuente: La Nación