Los
españoles usan sus teléfonos hora y media al día. Si se quiere proteger este
tipo de dispositivos, es capital tomar precauciones, sobre todo ahora, con la
subida de las temperaturas.
Es el aparato electrónico del que no nos separamos ni para
ir al baño. El teléfono móvil ha cambiado nuestra vida al completo. Es más,
según un reciente estudio de Fly Research, su uso se ha disparado un 102% en la última década. Además, los
españoles lo estamos empleando tres horas y media cada día.
Pero, claro, llega el verano y nos pensamos que los dispositivos lo soportan
todo. Pues no; hay que llevar un mantenimiento y cuidados adicionales para
mantenerlos en buen estado. Repasamos algunos de los cuidados más importantes
que tenemos que darles.
Ojo con el calor
Las altas temperaturas afectan a algunos aspectos
cotidianos de la vida de las personas. Y los 'smartphones', como todos los
aparatos electrónicos, no son una excepción. También sufren el calor, siendo este uno de los mayores enemigos
para los dispositivos electrónicos. Aunque también existen
otros factores que estropean los teléfonos móviles en verano. Expertos de Back
Market, tienda especializada en reacondicionado de productos electrónicos, recomiendan
«evitar la exposición directa al sol». A su jucio, hay que «evitar que el
terminal se caliente demasiado y que acabe funcionando peor».
Mejor a la sombre
Si está guardado en una mochila o bolso al sol, el efecto será el mismo que si está expuesto al sol. Por eso, los expertos recomiendan que esté guardado en la sombra, e incluso es recomendable tenerlo apagado. Lo que se consigue con ello es que no se sobrecaliente, algo que puede afectar directamente a estado de la batería o a los componentes electrónicos. Por fortuna, los modelos más avanzados incluyen sistemas de seguridad que cuando se sobrepasa una temperatura máxima se desconectan. Para ello, existen algunas aplicaciones destinadas a controlar la temperatura del terminal, ya que avisan al usuario de que esta es demasiado elevada.
Cuidado con el agua, sobre todo la salada
En la actualidad, los teléfonos móviles cuentan con sistemas de protección bajo la certificación IPXX. Los más punteros son sumergibles durante un tiempo y resistentes a agua y polvo. Pero salvo que esté específicamente diseñado para ello, la inmensa mayoría de terminales no soportan agua salada, es decir, la del mar. Puede afectar a los conectores y estropearse.
«La humedad, el agua, la arena de la playa o las cremas solares son otros
de los peligros más comunes a los que se exponen los smartphones en verano.
Para evitarlos, es imprescindible asegurarse de tener las manos totalmente
secas cuando tocamos el móvil, para que el terminal no coja humedad, no se moje
y no se manche de crema», añaden los expertos.
Lejos de la arena
En el caso de que el terminal tenga arena, para evitar que se raye la pantalla, una buena solución es soplar los granos o darle unos golpes suavemente con tela, sin frotar. «Para que no dañe los componentes electrónicos interiores, es recomendable apagarlo y quitar los granos soplando en las aperturas exteriores», añaden las mismas fuentes.
Si
se cae al agua...
Si el teléfono cae al agua, lo ideal es apagarlo inmediatamente y no intentar encenderlo para ver si funciona, ya que el mismo sistema de encendido puede dañarlo aún más. Además, es importante extraer la batería, tarjeta SIM y tarjeta SD y secarlo lo máximo posible. Después, es recomendable enterrarlo en arroz o en bolsas de gel de silicio dentro de una bolsa hermética durante dos o tres días. «Tras este proceso, es muy probable que el terminal siga en funcionamiento», recomiendan.
Fuente: ABC
No hay comentarios:
Publicar un comentario