En medio de las
cientos de novedades tecnológicas que se están implementando hoy en día para
facilitar la vida de las personas hay una no muy nueva que gana espacio y se ha
convertido en una de las alternativas más usadas para las conexiones
inalámbricas, sobre todo en los pagos digitales.
Se trata de la NFC (near field communication, por sus siglas en inglés), o comunicación de campo cercano. Seguramente, muchos de nosotros ya la hemos utilizado en algún momento, ya que sus funciones son múltiples y está presente actualmente en varios dispositivos de uso diario.
Por esta razón, esta
tecnología inalámbrica es vista con muy buenos ojos para convertirse en una
herramienta que permita que los pagos sin contacto le quiten terreno al uso del
efectivo.
“La NFC permite que los pagos se hagan de forma rápida y segura. Posibilita que
un teléfono celular, por medio de una aplicación, se pueda transformar en
una terminal de pago, en donde en muchas ocasiones no se necesita un datáfono.
Esto amplía las posibilidades de contar con otros medios de pago y evitar el
contacto físico”, señala Arturo Ramos, jefe de negocios de la Región Andina de
la fintech GeoPagos.
¿Cómo funciona?
La NFC, que cumple casi dos décadas en el mercado,
es una comunicación de corto alcance, basada en radiofrecuencia, que utiliza
una frecuencia de 13,56 MHz y permite que de forma sencilla se dé una
interacción entre dos dispositivos electrónicos.
Para que funcione, los objetos que cuenten con esta tecnología deben estar muy
cerca el uno del otro, a no más de 10 centímetros. A diferencia del Bluetooth, no
hay necesidad de que los dispositivos se emparejen para empezar a compartir
información, la sola cercanía permite que se realice el proceso.
Desde su creación se pensó como una alternativa para lograr una comunicación
instantánea, y aunque últimamente ha ganado atención para los pagos digitales,
la verdad tiene múltiples usos, entre estos tarjetas de identificación, de
débito, crédito y para pago como las utilizadas para los sistemas integrados de
transporte público en las principales ciudades del país.
La organización NFC
Forum, creada para impulsar el uso de esta tecnología, señala que en el mundo hay
más de 2.000 millones de dispositivos habilitados para NFC.
En algunos equipos también es utilizada para compartir archivos como imágenes,
videos y música, incluso hay etiquetas adhesivas que cuentan con NFC y son
programadas según las necesidades que se requieran, como acceder a una red
wifi, ingresar a determinada página, algo muy similar a lo que ocurre con los
códigos QR.
En los últimos años, la incorporación de esta tecnología inalámbrica se ha
visto principalmente en dispositivos móviles, como celulares y relojes
inteligentes; varios equipos de gama media y alta ya los incluyen, por ejemplo,
desde el iPhone 6, los teléfonos de Apple cuentan con NFC.
Esto ha permitido que se convierta en una opción para el uso de billeteras digitales a fin de realizar pagos, que van ganando cada vez más usuarios en el mercado de las transacciones digitales. Según datos de la Superintendencia Financiera, en el 2020 estas plataformas alcanzaron 14,5 millones de usuarios en el país.
Seguridad garantizada
Uno de los grandes interrogantes que ha generado el
desarrollo de esta tecnología es si es una alternativa segura, teniendo en
cuenta que es utilizada para transacciones y pagos, en aplicaciones en las que
el usuario incluye toda su información financiera.
Algo con lo que cuenta a su favor es su comunicación de corto alcance, por lo
que para que el dispositivo se active debe estar muy cerca, esto agrega una
capa de complejidad mayor en su nivel de protección, ya que hace que sea
muy difícil o casi imposible que su señal sea intervenida por un atacante, como
sí puede ocurrir con otras tecnologías inalámbricas como el Bluetooth o el
wifi.
“Un elemento que agrega mayor seguridad en su despliegue es que la mayoría de plataformas que lo usan tienen pasos adicionales de autenticación, como huellas digitales o claves, cuando se realiza la transacción, en los que, además, se le va notificando al usuario el procedimiento y este recibe inmediatamente la confirmación de la compra”, detalla Ramos.
En esto juega también
que las aplicaciones de pago en este tipo de acciones siempre encriptan los
datos por medio de un token, que es lo que finalmente pasa por el lector de
NFC, lo que garantiza que no haya una filtración de la información.
Precisamente, estas características han permitido que su implementación se haya
masificado.
Lo que falta por ver es en qué otros usos van a seguir desarrollando el NFC,
teniendo en cuenta que las opciones se vuelven casi infinitas si lo que se
busca es una comunicación inalámbrica.
Fuente: ElTiempo - Tecnosfera
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