La conexión 5G ya está aquí, pero los países más poderosos ya han iniciado la carrera por el 6G, y el primero que llegue tendrá el mundo en sus manos.
Hace 50 años, la supremacía mundial se medía por la cantidad de
armas nucleares que los países más poderosos almacenaban en su arsenal. La
Unión Soviética y Estados Unidos acumularon bombas nucleares para destruir el
planeta varios cientos de veces. En el siglo XXI, el poder mundial no está en
las armas, sino en las redes de comunicaciones. China y Estados Unidos van a librar
una guerra tecnológica por la conexión 6G, que según los
expertos "será mucho más encarnizada"
que la carrera armamentística del siglo XX.
En los últimos meses han
surgido noticias que hablan de que diferentes países ya "están
probando la conexión 6G". Pero no te confundas. Eso no será la
conexión 6G. Son balas de fogueo. La
conexión 5G tiene casi dos años y ni siquiera ha empezado. Tardará más de una
década en implantarse, y después hay que rentabilizarla. La
conexión 6G tardará en llegar: según los expertos no estará
lista hasta, por lo menos, 2035.
Pero
eso no quiere decir que no se esté desarrollando ahora mismo, porque en efecto,
ya está en marcha. Será una conexión "de ciencia-ficción".
Permitirá hacer cosas como conectar el cerebro a Internet
para intercambiar datos, o generar hologramas en tiempo real de
las personas, como en las películas de ciencia-ficción. Y los
países que dominen esta tecnología y la vendan a los demás, dominarán el mundo. Ni
Estados Unidos ni China quieren ser los segundos.
La batalla por controlar la conexión 5G ha sido solo una
escaramuza. Por primera vez en su
historia Estados Unidos perdió la carrera tecnológica con China, que comenzó a instalar redes 5G en Asia, Europa e incluso
Estados Unidos, adelantándose a las empresas norteamericanas. El gobierno de
Trump reaccionó con sanciones, vetos a empresas
chinas, y acusaciones de espionaje para frenar esta expansión, hasta el punto
de que muchos países renunciaron a seguir instalando redes 5G chinas.
Ha sido una guerra abierta, pero no será nada comparado con la carrera
tecnológica para instalar antes que el rival las redes 6G. Bloomberg ha consultado a expertos como Peter Vetter, uno de
los responsables de Bell Labs, la filial de investigación de Nokia; Vikrant
Gandhi, responsable de tecnologías de la comunicación de la consultora Frost
& Sullivan, y Paul Timmers, exasesor en el Centro de Políticas Europeas, un
think tank de Bruselas, en un noticia que nos llega vía Business Insider.
Todos coinciden en lo mismo: "Los esfuerzos
serán tan grandes que en un determinado momento será como una carrera de armas. La investigación para
desarrollar el 6G requerirá ejércitos de investigadores".
¿Y cómo será la conexión
6G?
Si
el 5G se ha centrado en aumentar la velocidad y el número de conexiones
simultáneas, la conexión 6G se centrará en el
alcance y la calidad de la señal. Compañías como Samsung
están trabajando en superficies inteligentes que permiten
que la señal rebote e incluso se mezcle con otras, para
lograr más alcance y llegar a zonas rurales, o a nivel subterráneo.
A
los expertos les preocupa el uso político que se hace de
la nueva tecnología. Paul Timmers, exasesor de la Unión
Europea, habla de los sistemas de reconocimiento facial que
China ha implantado con ayuda de la conexión 5G, para controlar a sus
ciudadanos. Con la conexión 6G se podrán creer
ejércitos de millones de drones de vigilancia.
"Ahora
mismo parece que China está haciendo todo lo posible en términos de vigilancia
y opresión. Esto revela que no se puede confiar en cualquier progreso técnico
hacia el 6G que pueda ser utilizado con fines políticos",
explica Paul Timmers.
"Los progresos tecnológicos,
especialmente aquellos tan complejos y futuristas como el 6G, deben
desarrollarse con mucho cuidado", advierte Gandhi. "Creemos que
los países no pueden entrar en eso tan pronto. Tampoco el sector privado".
Ahora vemos por qué los
países están tan interesados en las redes de comunicaciones. China y Estados Unidos son los dos máximos contendientes.
Pero no lo únicos. En una carrera tecnológica es vital contar con tecnología
propia, por eso la Unión Europea ya está
trabajando en su propia conexión 6G, con el objetivo de no depender de otros países.
El pasado diciembre la
Unión aprobó un proyecto 6G liderado por Nokia,
en donde participan Telefónica y otras compañías europeas, aunque seguramente
no comenzará a dar resultados prácticos hasta la próxima década.
Estos
expertos creen que a la conexión 6G aún le falta 15 años.
Cuando llegue, hacia 2035, los países que hayan creado su propia tecnología e
infraestructura, serán los verdaderos líderes del mundo.
Fuente: Computer Hoy
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