La falta de conectividad en la región, donde un tercio de la población o más de 200 millones de personas no tiene acceso a internet, tiene que atenderse en paralelo al desarrollo de estándares y tecnologías que habiliten el metaverso, de acuerdo con el EON Resilience Lab de C Minds.
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Infraestructura
e inclusión son los principales retos del acceso al metaverso en América Latina,
de acuerdo con una serie de diálogos en la región organizados por el EON
Resilience Lab de C-Minds, la única organización mexicana en la que Meta,
la casa matriz de Facebook, invirtió como parte de su fondo de investigación de
50 millones de dólares.
De acuerdo
con Claudia del Pozo, directora ejecutiva del EON Resilience Lab de C
Minds, las pláticas que esta organización ha coordinado en colaboración con
Meta en la región demuestran que se tiene más consciencia sobre lo que hace
falta en América Latina para poder acceder al metaverso que en el metaverso
mismo.
“En América Latina se tiene mucha consciencia de los retos en materia de infraestructura, que presentan una barrera de entrada al metaverso en la región”, dijo del Pozo en entrevista.
No obstante, de acuerdo con la directiva del EON Resilience Lab, la falta de conectividad en la región, donde un tercio de la población o más de 200 millones de personas no tiene acceso a internet, según un informe del Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA), el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y Microsoft, tiene que atenderse en paralelo al desarrollo de estándares y tecnologías que habiliten el metaverso.
¿Qué es el metaverso?
Aunque
varios escritores ya habían descrito realidades inmersivas o mundos virtuales
en libros como El juego de Ender, de Orson Scott Card, fue Neal Stephenson, en
su novela de 1992 Snow Crash, quien introdujo por primera vez
el término metaverso como un ambiente digital que se comportaba como un lugar
real para sus usuarios, en donde hasta 60 millones de personas podían
establecer relaciones sociales, realizar negocios y divertirse.
Para Del Pozo, el metaverso aún no existe. Plataformas como Roblox, Minecraft o Descentraland son “prototipos del metaverso”, al cual define como un espacio digital habilitado por tecnologías como la realidad virtual y aumentada, la blockchain y la inteligencia artificial y que servirá para facilitarle la vida a las personas.
Si bien para Mark Zuckerberg, que dirige Meta, en
el futuro próximo sólo habrá un multiverso creado por distintas empresas y
organizaciones conectadas a través de estándares de interoperabilidad,
para Del Pozo lo más realista es que existan varios metaversos orientados a
distintos aspectos de la vida humana que contarán con cierto grado de
interoperabilidad.
Apenas esta semana, Meta anunció la creación de un consorcio de 34 empresas, entre las que se incluye a Microsoft y a Nvidia, cuyo objetivo es justamente alcanzar acuerdos respecto de los estándares de interoperabilidad con los que funcionará el metaverso planteado por Zuckerberg en noviembre del 2021.
Inclusión
Pese a que la concepción general sobre el metaverso es que estará dedicado principalmente al entretenimiento y el lucro económico, a través de tierras y activos digitales como las criptomonedas y los NFT, para Del Pozo, la relevancia del metaverso en la región estará más bien orientada hacia las oportunidades educativas y laborales que esta plataforma podrá ofrecer.
Del Pozo pone como ejemplo a Minverso, una plataforma de origen chileno que permite que los trabajadores de la industria minera reduzcan los riesgos que enfrentan en su trabajo a través de capacitaciones dentro del metaverso que simulen el descenso a una mina real. Lo mismo ocurre en el caso del Innovation Room de la farmacéutica Johnson & Johnson, que permitirá capacitar a estudiantes de medicina en procedimientos quirúrgicos que después llevarán a la práctica en la vida real.
En el terreno de las tecnologías que habilitan al metaverso, De Pozo hizo referencia al trabajo que está realizando Saiph Savage, codirectora del Laboratorio de Innovación Cívica de la UNAM, donde se busca desarrollar un set de lentes de realidad virtual que sea accesible para la población latinoamericana y que se adapte a la situación social y climática de la región.
Investigadores, académicos y miembros de la sociedad civil de países como México, Brasil, Colombia, Costa Rica, Jamaica, Barbados, Argentina y Chile, se han reunido a lo largo del año para discutir sobre los retos y las oportunidades que el metaverso presenta en la región, en donde podría tener un impacto de hasta 5% del PIB 10 años después de su adopción, según un estudio de Analysis Group.
Fuente: El Economista
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