La disposición plena de redes de telecomunicaciones con tecnología 5G sería una realidad no antes de cinco años en la región latinoamericana, debido a los diferentes contextos políticos-económicos y regulatorios que complican los despliegues de ese tipo de servicios en los diversos mercados de la región.
La política de tribulación fiscal de
distintos países complica los despliegues |
La disposición plena de
redes de telecomunicaciones con tecnología 5G sería una
realidad más allá del año 2028 en Argentina, debido a un
contexto político-económico y regulatorio que podría complicar los despliegues
de ese tipo de servicios en aquel país.
Este es el diagnóstico al que llegó la subsidiaria local Claro de América Móvil, de cara al primer concurso licitatorio para frecuencias 5G que el gobierno argentino planea para el primer trimestre del 2023.
“Estamos discutiendo cómo va a ser la licitación 5G para 2023. Y hay que saber que 5G va a demandar un mínimo de despliegue de seis años, más allá de que el 40% de la población tenga ingresos por debajo de la línea de pobreza. Creo que hay que pensar en estas cosas, porque la tecnología puede ayudar a resolver estos problemas”, dijo el director de asuntos regulatorios e institucionales de Claro Argentina, Alejandro Quiroga López, en una conversación retomada por la periodista Andrea Catalano.
Argentina presenta un contexto para 5G con una moneda que se depreció 18.09%
en 2021 y cerca de 25% en lo que va de
2022. También el siguiente año el país entrará en un proceso de sucesión
presidencial y de acuerdo con encuestas, como la de Managment & FIT, el 68%
de los ciudadanos argentinos evaluarían cambiar de partido político en el
gobierno federal, relegando a los políticos en funciones que ahora diseñan la
subasta 5G con determinadas características.
Y encima, el poder adquisitivo del salario de los argentinos ha perdido un 7.2%
en términos reales en lo que va del 2022, según cifras conservadoras del órgano
gubernamental Indec.
Un dato que es de mayor trascendencia para el ejecutivo de América Móvil en Argentina, radica en que el consumo promedio mensual o ARPU de los usuarios de Claro en el país cayó 21% en el tercer trimestre de 2022, de 794 pesos argentinos en el tercer trimestre del 2021, a 628 pesos argentinos entre julio y septiembre pasados. Más detalladamente, América Móvil reportó, a través de Claro, un ARPU equivalente a 73 pesos mexicanos entre julio y septiembre de este año. En el mismo periodo, pero a través de Telcel en México, la compañía levantó un ARPU de 168 pesos, 6% más que un año antes.
Argentina es un país con 45 millones de habitantes al 2020, pero con 54 millones de líneas celulares en el mismo año, y de todas ellas, 49.2 millones son accesos de prepago. Este es el diagnóstico que tienen todas las compañías celulares para estimar qué tanto es posible invertir en despliegues de quinta generación y monetizar esos nuevos activos para generar posteriores reinversiones y en una economía que crecería 3.6% en 2022 y 1.9% en 2023, el año de su subasta 5G.
La realidad argentina no sería tan distinta a la que presentan en la materia otros países latinoamericanos. En México, aunque la moneda local se apreciado 5.6% en lo que va de 2022 y a pesar de que la economía crecería 2.5% este año y 1.6% en 2023, según la OCDE, y que, por ejemplo Telcel presente un Ebitda de 31,250 millones de pesos, 1,600 millones de dólares, en septiembre pasado, la política de tributación fiscal mexicana impide que los operadores presenten demasiado interés en la adquisición de frecuencias de espectro por el elevado gravamen impuesto en aprovechamiento anual de las bandas, de hasta 92%,de acuerdo con la OCDE.
Un informe de la GSMA indica que al menos cinco millones de personas en México no han podido acceder a la experiencia de navegación 4G-LTE, debido a las cargas impositivas por uso de espectro que el Estado impone a los operadores y la dificultad que enfrentan éstos para crecer sus coberturas.
En Colombia, la política local de tributación también ha complicado los planes de los operadores. Allí, el operador Telefónica presentó una renuncia a sus bandas de 2.5 GHz. Telefónica indicó que la política fiscal representa un impacto negativo en sus finanzas y afecta también a su capacidad de inversión en el mercado colombiano.
México emprenderá su propio concurso de 5G, próximo a la expiración del 2022. El proceso en sí se hará realidad en el segundo semestre de 2022, con el concurso de diversas porciones de espectro en cinco bandas: de los 600 MHz, 800 MHz, 850 MHz, 1.5 GHz y de 3.5 GHz.
En la Argentina el plan pasa por despejar y reordenar también los trozos regionales en bloques nacionales del espectro de los 3.5 GHz allí, compuesto por hasta 300 Megahertz de frecuencias, y que se coloque en el mercado hasta en tres lotes de 100 MHz cada uno entre los tres grandes operadores de ese país:
Movistar de Telefónica, Claro de América Móvil y Personal de Telecom, para la configuración de productos inalámbricos fijos y móviles.
“Vemos que son difíciles los retos de 6G pero va a llegar; 5G ya viene, el tema es que hay que hacerlo bien, porque la situación de la industria es un drama en términos de dólares, y no podemos pagar al exterior para hacer cosas de mantenimiento que son importantes, sea el 2G, el 3G, o el 4G”, agregó Quiroga López respecto al contexto de Claro Argentina, no tan diferente al del resto de América Latina.
Más cerca en la distancia, pero más lejos en el tiempo, el empresario Enrique Yamuni, CEO de Megacable Holdings, dijo en conversación con medios de comunicación que la tecnología 5G sería una realidad plena en México no antes de cinco años:
“Yo creo tenemos en el país una falsa expectativa del 5G (…) En Estados Unidos las compañías inalámbricas han invertido más de 150,000 millones de dólares en la conversión a 5G. ¿Saben cuánto han subido sus ingresos? Nada. Por qué habrían (los operadores) de aquí hacer una conversión a 5G, si apenas están terminando de instalar y pagar la 4G?”.
Fuente: El Economista
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