viernes, 9 de diciembre de 2022

Los satélites de internet tienen en jaque a los astrónomos

 Por Enter.

La Unión Astronómica Internacional (IAU) emitió un comunicado en el que expresa su preocupación por la multiplicación masiva de satélites que orbitan en el cielo.

 

Desde que nació la tecnología 4G, varios empresarios como Elon Musk
han buscado llevar la comunicación a otro nivel.
Foto: Getty Images


Desde que nació la tecnología 4G, varios empresarios como Elon Musk, han buscado llevar la comunicación a otro nivel. Para ello han desplegado múltiples satélites hacia el espacio con los que pretenden llevar conexión de internet a millones de teléfonos inteligentes alrededor del mundo. Tal es el caso de SpaceX, una de las compañías de Musk, desde donde se lleva a cabo el proyecto Starlink con el que pretenden llevar internet de banda ancha.

Pero, aunque este tipo de satélites buscan interconectar al mundo, para algunos es un obstáculo. La Unión Astronómica Internacional (IAU) emitió un comunicado en el que expresa su preocupación por la multiplicación masiva de satélites que actualmente orbitan en nuestros cielos. La entidad astronómica asegura que el brillo excesivo de estos satélites está empezando a dificultar su trabajo como astrónomos.

El problema que suponen estos artefactos se ha expandido al punto de que la IAU tuvo que establecer un Centro para la Protección de Cielos Oscuros y Tranquilos de Interferencias de Constelaciones de Satélites. Pero, ¿desde cuándo se determinó el peligro por parte de los satélites? Fue el lanzamiento de BlueWalker 3 lo que disparó las alarmas de la Unión Astronómica Internacional.

El BluWalker 3 es un satélite lanzado al espacio por parte de AT SpaceMobile como parte de un experimento que pretende ofrecer conexión 4G y 5G satelital por medio de una serie de antenas en el espacio. El satélite, que fue puesto en órbita el pasado septiembre del 2022, ocupa unos 64 metros cuadrados. Claro que esta no es la única antena satelital que se ha enviado al espacio con ese fin, sin embargo, es el satélite comercial más grande y brillante que se ha puesto en órbita.

Una vez fue lanzado al espacio, la IAU determinó que el satélite es el objeto celeste más luminoso jamás observado en el espacio. Además, el artefacto deja rayas en el cielo que generan una significativa contaminación lumínica, lo que hace imposible observar el cielo con precisión desde la tierra. Fue entonces que los astrónomos entraron a desafiar a las autoridades.

Además de eclipsar todas las estrellas (excepto las que son más brillantes que el satélite), el BlueWalker 3 también utiliza frecuencias de radio terrestres. Esto se traduce en que las frecuencias también obstruyen el trabajo de los radioastrónomos. Como si fuera poco, el proyecto de AT SpaceMobile también representa un peligro para todas las constelaciones, es decir, las que son comerciales y las que no. Aparentemente, esto supondría un gran riesgo de colisión.

Lo cierto es que la IAU es una ONG internacional que tiene muy poco poder comparada con las grandes empresas aeroespaciales estadounidenses. Entonces, como dice el dicho: “si no puedes con tus enemigos, úneteles” y precisamente es eso lo que está buscando la IAU, en lugar de confrontarlos.  

“La IAU reconoce que las nuevas constelaciones de satélites tienen un papel importante en la mejora de las comunicaciones globales. Dicho esto, su interferencia con las observaciones astronómicas podría dificultar gravemente nuestra comprensión del cosmos. Por tanto, su despliegue debe realizarse teniendo en cuenta sus efectos secundarios y con los esfuerzos necesarios para minimizar su impacto en la astronomía”, comenta la organización.

Y es que, el BlueWalker 3 no es el único satélite que AST SpaceMobile tiene en mente para su proyecto. La compañía pretende lanzar al menos 243 satélites similares al BlueWalker 3 en 16 planos orbitales en los próximos meses o años.


Fuente: Semana

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