miércoles, 20 de octubre de 2021

¿Internet conectado al cuerpo? EEUU y China se preparan para la gran 'guerra' por el 6G

La mayor parte del mundo todavía no ha experimentado las bondades de la tecnología 5G, pero la carrera geopolítica por el próximo gran avance en la tecnología de las telecomunicaciones ya está en marcha: el 6G se vislumbra en el horizonte con EEUU y China a la cabeza tomando posiciones.

 

Imagen: Dreamstime

Para las empresas y los gobiernos, lo que está en juego no podría ser más decisivo. El primero en desarrollar y patentar el 6G será el ganador de lo que algunos consideran la próxima gran revolución industrial. Aunque todavía falta por lo menos una década para convertirse en realidad, el 6G, que podría ser hasta 100 veces más rápido que la velocidad máxima del 5G, podría habilitar el tipo de tecnología que ha sido durante mucho tiempo materia de ciencia ficción: desde hologramas en tiempo real hasta taxis voladores y cuerpos y cerebros humanos conectados a Internet.

Si bien el 5G comercial se introdujo alrededor de 2019, los países aún están implementando redes y desarrollando aplicaciones que podrían atraer empresas y hacer que la tecnología sea rentable. Del mismo modo, es posible que el 6G no alcance su potencial hasta al menos dentro de 15 años, estima Vikrant Gandhi, director senior de tecnologías de la información de la consultora Frost & Sullivan entrevistado por Bloomberg. Solo alrededor de 100 operadores inalámbricos en todo el mundo ofrecen servicios 5G en áreas limitadas en este momento.

Aunque todavía es demasiado pronto para decir si el mundo futurista imaginado alrededor del 6G finalmente se materializará, en ese mundo teórico todo en nuestro entorno estará conectado a las redes 6G. No solo las personas podrán comunicarse con objetos como muebles y ropa, sino que estas cosas también podrán comunicarse entre ellas.

La consultora Frost & Sullivan: "Es posible que el 6G no alcance su potencial hasta al menos dentro de 15 años"

Los investigadores tienen una visión ambiciosa de lo que podría ofrecer la red de próxima generación. A una velocidad potencial de 1 terabyte por segundo, el 6G no solo es mucho más rápido, sino que también promete una latencia, que causa retrasos, de 0,1 milisegundos, en comparación con el milisegundo que supone el mínimo para el 5G. Para lograr eso, los científicos están poniendo el foco en las ondas de terahercios de frecuencia súper alta que podrían cumplir con esos requisitos de velocidad y latencia, aunque aún no existe un chip capaz de transmitir tantos datos en un segundo.

Por el camino no faltarán otros obstáculos: los investigadores deben resolver la cuestión de cómo las ondas de aire que recorren distancias extremadamente cortas pueden penetrar fácilmente materiales como el vapor de agua o incluso una hoja de papel. Es posible que las redes deban ser ultra densas, con varias estaciones base instaladas no solo en cada calle, sino también en cada edificio o incluso en cada dispositivo que la gente usa para recibir y transmitir señales. Eso va a plantear serias dudas sobre la salud, la privacidad y el diseño urbano.


¿Tecnología o geopolítica?

La pugna por el dominio del 6G ya se está intensificando a pesar de que sigue siendo una propuesta teórica y pone de manifiesto cómo la geopolítica está alimentando las rivalidades tecnológicas, particularmente entre EEUU y China.

"Este esfuerzo es tan importante que, hasta cierto punto, se ha convertido en una carrera armamentística", avanza Peter Vetter, director de acceso y dispositivos de Bell Labs, división de investigación de Nokia Oyj. "Se requerirá un ejército de investigadores para seguir siendo competitivo".

Años de acritud por parte de la administración Trump han afectado duramente a las empresas de tecnología chinas, pero eso no ha impedido que el país emerja como líder en 5G. Tiene la red 5G más grande del mundo y, a pesar de los múltiples intentos de EEUU de evitarlo, Huawei sobresale claramente entre los proveedores de 5G rivales a nivel mundial, sobre todo al ofrecer precios competitivos.

El desarrollo del 6G podría brindar a EEUU la oportunidad de recuperar el terreno perdido en la tecnología inalámbrica. "A diferencia de lo ocurrido con el 5G, Norteamérica no dejará pasar tan fácilmente la oportunidad de un liderazgo generacional esta vez", afirma Gandhi. "Es probable que la competencia por el liderazgo del 6G sea más feroz que la que ha habido por el 5G".

Es notorio que el desarrollo del 6G ya está en la mente de los principales responsables políticos tanto en Washington como en Pekín. El expresidente Donald Trump tuiteó a principios de 2019, por ejemplo, que quería el lanzamiento del 6G "lo antes posible".

Por su parte, China ya está avanzando. El país lanzó un satélite en noviembre para probar las ondas de radio para una posible transmisión 6G y Huawei ya tiene un centro de investigación 6G en Canadá, según medios del país. El fabricante de equipos de telecomunicaciones ZTE también se ha asociado con China Unicom Hong Kong para desarrollar la tecnología.

EEUU ya ha demostrado que tiene la capacidad de perjudicar seriamente a las empresas chinas, como en el caso de ZTE, que estuvo a punto de colapsar después de que el Departamento de Comercio le prohibiera durante tres meses en 2018 comprar tecnología estadounidense. Movimientos similares podrían obstaculizar las ambiciones de Huawei en torno al 6G.

Washington ya ha comenzado a trazar las líneas de batalla en la 'guerra' del 6G. Alliance for Telecommunications Industry Solutions, un desarrollador de estándares de telecomunicaciones de EEUU conocido como ATIS, lanzó en octubre Next G Alliance para "avanzar en el liderazgo norteamericano del 6G". Entre los miembros de la alianza se incluyen gigantes tecnológicos como Apple, AT&T, Qualcomm, Google y Samsung, pero no Huawei. A nivel europeo, la UE dio a conocer en diciembre un proyecto inalámbrico 6G liderado por Nokia, que incluye empresas como Ericsson y Telefónica.


Las sospechas sobre China

La alianza refleja la forma en la que el mundo se ha dividido en bandos opuestos como resultado de la rivalidad 5G. Liderados por EEUU, que puso sobre Huawei la sospecha del espionaje, acusación que el gigante chino niega, países como Japón, Australia, Suecia y el Reino Unido han excluido a la empresa de sus redes 5G. Sin embargo, Huawei es bienvenido en Rusia, Filipinas, Tailandia y otros países de África y Oriente Medio.

Es poco probable que la falta de confianza en las empresas chinas como Huawei disminuya con el 6G. Las democracias occidentales están cada vez más preocupadas por la forma en que los regímenes autoritarios utilizan la tecnología 5G, y temen que el 6G pueda habilitar tecnologías como la vigilancia masiva con drones. China ya está utilizando cámaras de vigilancia, inteligencia artificial, reconocimiento facial y datos biométricos como muestras de voz y ADN para rastrear y controlar a los ciudadanos, informa Bloomberg.

"Actualmente, China parece estar haciendo todo lo posible en términos de vigilancia y represión para asegurarse perder mercados futuros en EEUU y Europa", establece Paul Timmers, asesor principal del centro de estudios europeos European Policy Centre, con sede en Bruselas, y exdirector de sociedad digital y ciberseguridad en la Comisión Europea. "Esto indica que no se puede confiar en que el enfoque técnico del 6G se desvincule de los objetivos ideológicos estatales".



Fuente: El Economista

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