Han desarrollado un chip que funciona junto con una app de tu móvil para impedir que tu cuerpo sienta jetlag al 'adelantar' su reloj interno.
Aunque últimamente no estemos viajando mucho, cualquier trayecto largo en avión suele tener un alto precio. No hablamos del billete, sino del jetlag, ese malestar general que sentimos cuando hemos aterrizado en otra zona horaria tras sobrevolar medio mundo.
Sin embargo, una pequeña firma tecnológica asegura haber desarrollado una solución a este problema: un pequeño chip que es implanta bajo la piel y segrega ciertos químicos para hacer que el cuerpo se aclimate al instante a la nueva zona horaria sin pasar por el jetlag.
El dispositivo iría bajo la piel, no sería más grande que un pulgar y ha recibido el nombre de NTRAIN (cuyas siglas en inglés se corresponden a Normalizando el Tiempo de Ritmos Entre Redes Internas de Relojes Circadianos). Si todo esto suena a ciencia ficción, es normal, pero sus desarrolladores no podrían ser más fiables.
El dispositivo ha sido desarrollado por investigadores del Departamento de Defensa de EEUU, concretamente de la Agencia de Proyectos de Investigación Avanzados. Entre sus anteriores logros está, por ejemplo, el desarrollo de lo que hoy en día conocemos como Internet, así que nadie puede poner en duda sus capacidades ni la importancia de sus invenciones. Dado que el contrato de desarrollo del chip supera los 35 millones de euros, también han contado con investigadores de la Universidad del Noroeste de Illinois para llevarlo a cabo.
Su principal impulsor, el profesor Jonathan Rivnay, asegura a The Telegraph que la clave del dispositivo es que inyecta los químicos en el momento idóneo, y para ser más precisos, en los intervalos adecuados de los ritmos circadianos del cuerpo humano.
Dicho de otra manera, este chip subcutáneo, se comunica con tu teléfono e inyecta los químicos necesarios para modificar tu ritmo circadiano al adecuado para la nueva zona horaria en la que te encuentras.
"Así que le dirías a tu teléfono cuántas horas quieres adelantarte y sentiría en qué fase te encuentras. Entonces, calcularía una rutina para repartir las señales necesarias para que tuviera el mayor efecto posible en adatar tu ritmo", asegura Rivnay.
Según los investigadores, el chip duraría muchísimos años y no sería necesario reemplazarlo, por lo que con una sola implantación sería posible olvidarse toda la vida del jetlag.
Más allá de curar el jetlag, sus investigadores aseguran que es un dispositivo que permitiría conocer mejor el funcionamiento de los relojes internos de las personas, lo que ayudaría a tratar enfermedades del sueño.
Si estás pensando en hacerte con uno para tus viajes tras la pandemia, lo sentimos: el desarrollo llevará alrededor de 4 años y su uso comercial todavía está sobre la mesa. De momento, sólo podrán acceder a él investigadores.
Fuente: El Mundo - Pixel
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