El sector mexicano de las telecomunicaciones
requiere en el 2020 mayor competencia y una base regulatoria que aporte mayor
certidumbre a inversores extranjeros, dice Anderson Ramires.
(Expansión) - Durante el tercer trimestre de
2019, el PIB del sector de las telecomunicaciones creció un 7% de forma
interanual, según datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía
(Inegi), y ya aporta el 2.7% al PIB nacional. Este incremento, sin duda, es una
excelente noticia para el sector y abre un panorama alentador para las
empresas, tanto locales como extranjeras.
Dentro de esta tendencia optimista, debemos
destacar tres noticias que han ocupado los titulares y que están impulsando el
crecimiento: el reciente Plan Nacional de Infraestructura, el acuerdo entre dos
grandes compañías de la industria e inversiones privadas anunciadas de
jugadores del sector.
De acuerdo con el primer factor, cabe destacar que
la inversión en el sector no integra el grueso del monto del nuevo Plan
Nacional de Infraestructura -contempla la ejecución de 147 proyectos en tres
años, una inversión de 859,000 millones de pesos (mdp)- sin embargo, sigue
siendo una excelente noticia y confirma el interés público por continuar
impulsando el sector.
El Gobierno prevé la realización
de cuatro proyectos:
1. Brindar enlaces dedicados simétricos sólo para
el sector corporativo: 400 mdp en 2020
2. Inversión en telefonía móvil y fija: 86,161 mdp
en 2020
3. Diseñar, desplegar, operar y mantener la Red
Compartida de banda ancha móvil de voz y datos 4.5G: 11,492 mdp entre 2021 y
2022
4. Radiodifusión y telecomunicaciones: 20,000 mdp,
entre 2021 y 2022
Los últimos dos anuncios no pueden entenderse por
separado. Sin duda, suponen un antes y después en el mercado, puesto que
incrementan la competencia y beneficiarán a los consumidores en términos de
calidad, cobertura y precio.
Retos actuales: regulación,
competencia y conectividad
Cuando hablamos del mercado mexicano de las
telecomunicaciones, nos referimos a una situación atípica. Por un lado, tenemos
una población cercana a los 130 millones de personas, en la que existen 83
millones de celulares y 74 millones usuarios de Internet, según datos del
Inegi. Por el otro, nos encontramos con un mercado concentrado en muy pocas
manos, con la existencia de un proveedor preponderante cuya cuota de mercado
supera el 50%.
Teniendo en cuenta esta coyuntura, los principales
desafíos para el sector de las telecomunicaciones en México son: El incremento
de la competencia, el acceso a la red a costos regulados, los costos de
espectro para expansión de las nuevas tecnologías (i.e. 5G y IoT) y crear una
base regulatoria que aporte mayor certidumbre a los inversores extranjeros que
garantice la estabilidad y seguridad de su inversión en el país.
Según el estudio Eficacia en la fijación de los
precios del espectro en América Latina, elaborado por GSMA, México es uno
de los países más caros de la región, puesto que tasas anuales representan
cerca de 85% del costo total de la licencia. El elevado precio no solo complica
la adquisición de espectro, sino que también dificulta que las compañías puedan
responder a la elevada demanda que viene, derivada la implementación de 5G y
Internet de las Cosas (IoT, por sus siglas en inglés). Por tanto, sería
necesario que tanto el regulador como las compañías aboguen por la reducción de
las tarifas para lograr un terreno de juego más inclusivo.
Fuente: expansion.mx
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