Probablemente, el dispositivo en el que está leyendo esto tenga
alguno de sus chips. Se llama TSMC (siglas en inglés de la Compañía
de Fabricación de Semiconductores de Taiwán), y se ha convertido en la gran
dominadora del negocio de la venta de circuitos integrados, los conocidos como
chips, a nivel mundial.
TSMC es la envidia en el sector por la sólida posición que ha alcanzado.REUTERS:
Junto con sus empresas subsidiarias, tiene más de 51.000 empleados y sus chips se utilizan en informática, comunicaciones, automoción y un largo etcétera de ramas de la industria.
Desde su sede en el Parque Científico de Hsinchu, en Taiwán, TSMC se ha convertido en una de las compañías más valiosas e indispensables de un mundo que, más en la era de la pandemia, depende de los diminutos artefactos que fabrica.
Y pese a que muchos en el mercado le auguraron dificultades por las disputas comerciales entre Estados Unidos y China, y las ambiciones de China sobre Taiwán, TSMC conserva una fortaleza por ahora inalcanzable para sus competidores.
En palabras de Chad Bown, experto en el mercado de los semiconductores del Instituto de Economía Internacional Peterson de Washington, "TSMC es la envidia de toda la industria".
Cómo empezó todo
Antes de ser un gran negocio, TSMC fue la idea de Morris Chang,
un graduado en Ingeniería Mecánica del prestigioso Instituto de Tecnología de
Massachusetts. (MIT, por sus siglas en inglés).
Tras 25 años trabajando para Texas Instruments, una compañía,
también dedicada a la microelectrónica, decidió crear su propia compañía en
1987.
Chang apostó por la especialización y la apuesta dio resultado.
Con apoyo del gobierno de Taiwán orientó su compañía hacia la producción de
semiconductores en una época en la que todos los actores de la industria
estaban más volcados en diseñarlos que en fabricarlos.
Como explica Gun Woo, analista senior de gestión de capital de
la consultora La Française, "compañías como Qualcomm, Apple o Nvidia solo
diseñan circuitos integrados de semiconductores, pero normalmente no tienen los
equipos ni las máquinas para hacerlos. TSMC sí los tiene. Hablamos de equipos
muy caros y establecer una fábrica normalmente requiere una inversión de varios
miles de millones de dólares, con el riesgo de que la tecnología quede
rápidamente obsoleta".
Esa es la razón de ser y del éxito de TSMC. Según Woo, "invierte en nombre de sus clientes y comparte con ellos su tecnología punta".
Las claves del éxito
No todos creyeron en este modelo de negocio al principio. En una
de sus escasas apariciones públicas, Chang recordó el 21 de abril que, cuando
hace 30 años acudió a la multinacional estadounidense Intel en busca de capital
para hacer realidad su proyecto, lo rechazaron de plano.
"Entonces Intel era el macho alfa que se burlaba de
nosotros", dijo Chang, que añadió: "Nunca pensaron que el negocio de
la fabricación externalizada sería tan importante como es hoy día".
Ahora Intel busca como subirse al tren que perdió entonces. En
una reciente entrevista con la BBC, el jefe ejecutivo de Intel, Pat Gelsinger,
reconoció que la compañía había caído en un "bache" en los últimos
años, pero anunció que intensificará sus esfuerzos por recuperar el liderazgo
perdido en la fabricación de chips semiconductores.
TSMC ha invertido en los últimos años grandes sumas en
innovaciones como la tecnología del láser Extremo Ultra Violeta (EUV), que ha
permitido producir semiconductores más sofisticados. Woo explica que "al
principio las máquinas eran muy lentas y, por tanto, el margen de ganancia muy
bajo, por lo que pocas compañías quisieron comprarlas e incorporarlas en su
proceso de producción, mientras que TSMC invirtió muy proactivamente en esta
nueva tecnología", lo que con el tiempo "ayudó a que sus clientes
pudieran lanzar mejores productos".
Un ejemplo es Apple, cuyos teléfonos comenzaron a utilizar el
chip AP de TSMC y a disfrutar en consecuencia lo que Woo califica de
"ventaja competitiva". Decisiones
como estas llevaron a TSMC a la posición de liderazgo que hoy ostenta y que la
pandemia de covid contribuyó a consolidar.
Con gran parte de la población mundial confinada y muchos
trabajando o estudiando desde casa, los chips, presentes en todos los
dispositivos electrónicos de uso diario, se convirtieron en un bien cada vez
más codiciado y escaso, hasta el punto de que varios fabricantes de automóviles
sufrieron interrupciones en su producción por los problemas en la cadena de
abastecimiento.
Este cúmulo de aciertos y circunstancias propicias han llevado a TSMC a convertirse en la decimoprimera empresa más valiosa del mundo para el semanario "The Economist" y en un activo estratégico para el gobierno de Taiwán, que ha hecho de la electrónica la base de su prosperidad.
El petróleo del presente
Sin embargo, los analistas advierten algunos nubarrones
derivados de la geopolítica que podrían enturbiar el futuro de TSMC.
Según Rory Green, analista de TS Lombard, los semiconductores
son hoy día "el nuevo petróleo", el producto por el que rivalizan las
superpotencias y lubrica una economía y una sociedad cada vez más
digitalizadas. Y como durante décadas sucedió con el petróleo, los chips se han
convertido en un recurso clave en el que intereses nacionales a veces
enfrentados pueden generar turbulencias.
Ya cuando el gobierno de Donald Trump anunció sanciones contra Huawei el pasado agosto, se temió que TSMC se resentiría al no poder seguir vendiendo sus chips al gigante chino de las comunicaciones. Sin embargo, otros clientes como la también china Oppo llenaron la cartera de pedidos que dejó de consumir Huawei.
Chad Bown sospecha que, en realidad, la "guerra
comercial" entre Trump y Pekín terminó por favorecer a TSMC. "Mi
impresión es que China temió que en algún momento podría interrumpirse el
suministro y acapararon cuantos pudieron".
Sea como sea, la reciente escasez de semiconductores ha llevado a muchos en Occidente a plantearse los peligros de un mundo en el que, según datos de la consultora Deloitte, un 60% de los chips se fabrican en Asia, principalmente en Taiwán y Corea del Sur, la primera especialmente expuesta a la amenaza de una intervención militar china que Pekín nunca ha descartado.
Fuente: BBC
No hay comentarios:
Publicar un comentario