Generación de huérfanos digitales: cómo saber si tu hijo es adicto a la tecnología
El número de personas que reciben
terapia en el Centro de Adicciones Tecnológicas ha aumentado exponencialmente
desde el inicio de la pandemia. Los niños no tienen el apoyo que necesitan
porque sus padres no se criaron en las redes ni en internet.
La
Comunidad de Madrid trata desde el 2018 a adolescentes entre 12 y 17
años que hacen un uso inadecuado, abusivo o dependiente de la tecnología / Unsplash
Las pantallas ocupan cada vez más tiempo
de la vida de los adolescentes. “Los videojuegos y los likes en las redes
sociales son peores de adictivos que el azúcar”, explica la directora del Servicio de
Atención en Adicciones Tecnológicas de la Comunidad de Madrid, Devi Uranga. La Comunidad de Madrid trata desde el 2018 a
adolescentes entre 12 y 17 años que hacen un uso inadecuado, abusivo o
dependiente de las tecnologías. El número de personas que reciben terapia en el
Centro de Adicciones Tecnológicas ha aumentado exponencialmente desde el inicio
de la pandemia. Las adicciones a la tecnología se caracterizan por el
abuso perjudicial de las pantallas. Una problemática al alza y a remarcar
este, lunes 17 de mayo, Día de Internet 2021. “La persona ya no utiliza las
tecnologías para relajarse o divertirse, sino que dependen de estas para
sentirse bien”, afirma el psicólogo Ricardo Rodríguez que es el coordinador
técnico de la Unidad de Intervención de Adicciones (UniAdic).
Desde UniAdic, explican que este tipo de adicciones
son muy recientes por lo que no hay muchos estudios al respecto. Lo que sí
tienen en común todas las adicciones es que crean conductas compulsivas. El
primer paso para saber si su hijo es adicto a la tecnología es ver cuánto
tiempo dura pegado a ella. ¿Deja de relacionarse con su familia o de estudiar
por estar pegado al ordenador? Sí la respuesta es sí en ambos casos esto podría
ser una señal de alarma, explica Rodríguez.
A raíz de este problema, Albert Gimeno decidió
fundar una organización no gubernamental que atiende de manera gratuita la
problemática asociada al uso de Internet llamada Padres
2.0. “En 2008, un grupo de informáticos nos dimos cuenta de que muchos
padres se autoexcluyen de las nuevas tecnologías”, asegura Gimeno. En ese
momento decidió empezar a hacer charlas en los colegios para educar a la
sociedad sobre la necesidad de poner límites al uso de la tecnología.
“Enseñamos a los menores pautas de autoprotección en el uso de Internet, a
identificar los conflictos más comunes (ciberbullying, sexting, grooming),
mantener una vida digital saludable y conocer sus derechos y deberes en el uso
de las Redes Sociales!”, reza el inicio de la página web de Padres 2.0
Las charlas educativas también están enfocadas a
los padres que quieran aprendan sobre las nuevas tecnologías y su problemática.
“Este espacio está enfocado para padres que quieren conocer lo que hacen sus
hijos en Internet, conocer las Redes Sociales, aprender a navegar seguro por la
Red y resolver las dudas que tienen”, afirma Gimeno que opina que el mejor
filtro parental en Internet para los niños, son sus padres.
El internet todavía es un mundo muy desconocido por
muchos. Muchas veces los más pequeños de la casa tienen más agilidad buceando
por la web que los mayores. “El Internet se vuelve peligroso cuando no tienes
suficiente madurez para gestionar lo que te pasa cuando estás conectado, si te
hacen bullying o te acosan”, explica la profesora de TIC, Camino López que lo
resume en un desconocimiento de las redes de los padres. “Son una generación de
huérfanos digitales, los niños no tienen el apoyo que necesitan porque sus
padres no se criaron en las redes”, asegura López que ha visto muchos casos en
su colegio en donde los menores sufren bullying o ciberacoso sexual y sus
padres no lo saben.
“La idea es que los padres tengan herramientas para
regular las nuevas tecnologías. El uso de ellas no es bueno ni malo, sino que
necesitan límites”, dice Uranga. Algunos de los límites que recomiendan que
establezcan los padres son que no utilicen los móviles después de las nueve de
la noche, que no usen los móviles en la comida o que no tengan permitido jugar
a los videojuegos sin haber hecho los deberes.
Esta dependencia se da cuando un niño pasa más de
tres horas ininterrumpidas enfrente de una pantalla. “Esto puede traer
consecuencias como que los niños se aíslen, bajen su rendimiento escolar o
cambien su estado de humor”, dice Rodríguez. Desde el centro denuncian que una
señal de alarma para muchos padres es cuando se dan cuenta de que la pantalla
es lo único que reconforta a su hijo. Es ahí cuando deciden buscar ayuda
profesional.
El porcentaje de jóvenes que hacen un uso abusivo
de las nuevas tecnologías en España ha aumentado de un 16% a un 21% de 2015 a
2017, según la Estrategia
Nacional de Adicciones. El perfil de las personas que sufren este tipo de
adicciones son en su mayoría varones que además han sufrido bullying, depresión
o algún conflicto interparental. Las mujeres también sufren una dependencia,
pero más hacia las redes sociales, mientras que en el caso de los hombres suele
estar asociado a los videojuegos.
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